El espíritu, aroma y sabor de todo whiskey surgen de la base de maltas que lo componen. La experimentación, dentro de los parámetros técnicos indispensables, permite lograr whiskies únicos, de autor.
Si bien se logran whiskies exquisitos con maltas de una sola variedad, nosotros sugerimos probar la combinación de distintas maltas para producir sabores únicos.
Como referencia, podemos sugerir blends de maltas de alto poder diastático (maltas especiales para destilados) con maltas caramelizadas, en una proporción que no debiera superar el 30% para la malta caramelizada.
Asimismo, en el caso de buscar sabores más intensos, también es posible mezclar maltas para destilados con maltas tostadas, en una proporción de no más del 15% de las maltas tostadas.
Por otro lado, está también la opción de hacer muy buenos destilados a partir de otros granos (maíz, centeno, trigo), que en muchos casos no tienen la capacidad enzimática suficiente para poder ser fermentados. Para ello ya se han desarrollado maltas de estos granos (centeno y trigo malteado) a las que se le agrega maltas de muy alto poder diastásico de cebada (hasta 10%) a para lograr las fermentaciones necesarias.